Alabanza del navegante



Soy hijo del Dios que inspiró el amén
Para que no haya silencio después de la gloria
Mi Padre hizo el ala y el vuelo de la memoria
Que surca la vida como un santiamén.

¿Y quién pudo tener la misericordia
Que toca y conmueve los hilos del alma?
¿No es un Dios justo el que inventó la calma
Después de la tormenta transitoria?

Te amaré en todo tiempo y en todo lugar
Por ti me convierto en agradecimiento
Yo soy el barco, la vida es el puerto
y tu amor es la gracia de navergar.

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