Todo es vanidad decía el predicador
Todo envanece debajo del cielo
Hierba y flor de la hierba serán consumidas
Y esparcida su belleza sobre la tierra.
Todo es vanidad pero este amor
Todo lo embellece y reafirma
La eternidad descubre en un instante
Se inclina como la hierba y florea para Dios.
Todo es vanidad y sin embargo
Todo enseña debajo del cielo
La lucha del hombre es camino ciego
Y su terquedad como el vino amargo.
Por ello rechazo mi voluntad
Y de oír trato, trato y trato
Háblame como el viento amado mío
Enséñame como la lluvia mi amado.
Y que no levante polvo al caer mi flor
Sino que de espaldas sobre la tierra
Sean los pétalos el fruto de la hierba
Y quede en la brisa mi perfume de amor.
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